Por Ing. Agr. Adrián José Etcheto (AAPPCE) – MP: Nº896
LA PREOCUPACIÓN POR LA HUELLA DE CARBONO
Argentina se comprometió a alcanzar la carbono-neutralidad para el año 2050 con algunas metas específicas para el 2030. El sector agropecuario contribuye al 39 % de las emisiones totales del país (144 Mt CO₂eq por año), de los cuales el 20,7% es atribuible a la ganadería y el resto a la agricultura (Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, 2022). Como gases de efecto invernadero, el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (Intergovernmental Panel of Climate Change, IPCC), incluye: CO2, CH4, N2O, HFC, SF6, NF3, SF5CF3, éteres halogenados y otros hidrocarburos no cubiertos por el Protocolo de Montreal.
Cada uno de estos gases tiene un potencial de calentamiento global, que define el efecto de calentamiento integrado a lo largo del tiempo que produce hoy una liberación instantánea de 1 kg de un gas de efecto invernadero, en comparación con el causado por el CO2. Reducirlas implica primero medirlas adecuadamente, luego desarrollar tecnologías alternativas, y finalmente transferirlas a los productores y las agroindustrias que sean conscientes del impacto ambiental de su actividad.
En el presente trabajo, publicado en Horizonte A, se cuantificó y comparó la huella de carbono (HdeC) en la producción de maíz en el sudeste bonaerense, particularmente en el partido de Tres Arroyos, bajo tres planteos de manejo agrícola distintos: uno manejado de forma tradicional con insumos fijos, otro por ambientes variando la segunda aplicación de urea y un último planteo, tratado también por ambientes, pero variando semilla y fertilizante a la siembra y la segunda pasada de urea.
Foto de portada: gentileza ASB